28 feb 2011

Viernes, 31 de diciembre de 2010

Partimos a las 9:00 hacia Huaro donde recogemos a Milusca y Jheylin, ya que Celso y Cris, con la furgoneta, han partido previamente hacia Illapata, para poder agilizar los preparativos.

Illapata es la segunda comunidad subvencionada por el Ayuntamiento de Sabadell, para la crianza de cuys, tiene un censo de población de 280 habitantes que componen 65 agrupaciones familiares. Está situada cerca de la comunidad de Pumaurcco, a 4.130 msnm. Los beneficiarios del programa finalmente solo fueron 8 debido a la falta de agua para riego que impidió el establecimiento de pastos. Esta circunstancia de falta de agua ya está resuelto por la municipalidad, con la formación de depósitos de almacenamiento de agua, lo que permitirá el riego de las porciones de tierra necesarias para el cultivo del forraje de alimento a los cuys.

Después de un viaje de hora y cuarenta minutos, cuando llegamos a la Comunidad donde ya nos encontramos a los niños agrupados y el chocolate a punto de ser servido, con lo que iniciamos el reparto de chocolate y bollo.



El reparto de chocolate y bollos se realiza ordenadamente, incluso prestándose los vasos a aquellos niños de otras comunidades que no traían. Al inicio del reparto de la chocolatada nos sorprende con su presencia Jenny Milagros, que ha venido andando desde Pumaurcco para estar con nosotros y ayudarnos en el reparto. Como con Jheylin ya se han hecho amigas, colaboran y departen amigablemente.

Finalizada la chocolatada se inicia el reparto de juguetes para lo que forman dos filas de niños por un lado y niñas por el otro, que van accediendo al lugar de reparto alternativamente. Tras el reparto fotografías de rigor con todos los niños enseñando sus juguetes.



De toda la ropa traída desde Sabadell, repartimos una parte en esta comunidad, el resto se repartirá entre Suyumayo y Pallpacalla, que son las que creemos más lo necesitan, si bien todas andan por el estilo.

El reparto se realiza como de costumbre, pasando las madres en rueda por las mesas donde se encuentran depositadas las prendas, retirando una y vuelta a empezar hasta la total extinción del material. Previa a la entrega de ropa, Xesca recibe el regalo de un chollo, que lógicamente debe de colocarse y fotografiarse con los músicos.



La mamá de Jenny Milagros ha venido para obsequiarnos con una montera y un chullo, en agradecimiento a la operación de la niña. Debidamente aderezados nos hacemos la foto de familia.

Acto seguido y antes de mantener la reunión con los beneficiarios y demás comuneros, nos sirven comida típica que catamos y repartimos entre los presentes.



En la reunión los beneficiarios nos manifiestan su gratitud por la ayuda prestada y nos ponen al corriente de las dificultades de implantación, debido a la falta de agua. Como sea que el problema de la falta de agua está ahora mismo resuelto, algunos comuneros desearían integrarse en el proyecto. Solicitan también ayuda para la creación de invernaderos donde poder cultivar hortalizas, que no poseen en su alimentación. Finalmente y para acabar nuestra visita a Illapata asistimos a la inauguración de un galpón, precisamente el del presidente de la comunidad, inauguración que se realiza con todos los honores, rompiendo una botella en la puerta, cual de botadura de buque se tratara. Visitamos el interior del galpón, constatando que ya ha tenido reproducciones y el buen orden del mismo, con las gavias numeradas por edades y en perfectas condiciones de higiene y limpieza.



Nos retiramos de Illapata y nos dirigimos en busca de la casa de aquellos tres hermanitos que nos impresionaron tanto el pasado día en Pumaurcco. Por el camino aparece la niebla y la dificultad de encontrar la casa nos obliga a recular y dirigirnos de regreso hacia Catcca.

Ya en la bajada y con una pista de barro arcilloso y muy húmeda, tenemos un percance al derrapar la minivan y después de varios bandazos, escorarse contra la cuneta derecha, gracias a la habilidad del chofer, pues se iba hacia la izquierda donde existe un margen con un considerable desnivel, que de haberse precipitado por él, de seguro hubiéramos sufrido un serio percance. Afortunadamente tan solo tuvimos un fuerte susto, y la consecuencia de bajar andando hasta Catcca, mientras Celso y Cris con la furgoneta iban a buscar una soga con la que remolcar el vehículo.



Ya en Catcca y aunque la minivan pudo salir del atolladero, como hacia un ruido anormal, tomamos un taxi hasta Urcos y desde allí otro hasta el hotel, adonde llegamos justo a tiempo de asistir a la cena de Fin de Año.

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