28 sept 2009

Pumaorcco, un año después

Tras recoger las madejas de lana que habíamos encargado un par de días atrás (no sin cierta dificultad por el extraordinario entusiasmo comercial del vendedor de la lana, amén de su eficacia y rapidez) nos embarcamos Celso, Cris, Xesca, Milusca, Toni, Luz y yo en una furgoneta 8 plazas rumbo a nuestro querido Pumaorcco.

Para los que no hayáis oído hablar de esta comunidad todavía, o no lo recordéis, Pumaorcco es una comunidad "cercana" al pueblo de Catcca, al sur del Cusco, a la que se llega tras tres horas largas de viaje en las que el viajero goza de paisajes que dejan sin aliento. En algún momento esto es literal, porque la comunidad está a más de cuatro mil metros de altitud.

Siguiendo la carretera que une Perú con Brasil se llega hasta Catcca, desde donde cogemos un desvío hacia la izquierda (señalizado con un cartel de "Amics de Perú" para que no os perdáis) y seguimos una cómoda vía de tierra por cuarenta minutos hasta Pumaorcco.

Allí llegamos de la mano de Cris hace más de tres años, y fue donde hace apenas uno y medio iniciamos nuestro proyecto más ambicioso hasta entonces, la implantación de granjas cien por cien financiadas por la asociación y por l'Excel·lentíssim Ajuntament de Sabadell, sin cuya ayuda nada de esto habría sido imposible.

Hace poco más un año se confirmó la ayuda del Ajuntament de Sabadell y fuimos hasta allí para ver como estaba todo, si habían comenzado las granjas, si se habían dado las capacitaciones, etc. Todo estaba en un momento de inicio, con mucha ilusión y un cierto escepticísmo, pero en marcha. También aprovecharon los lugareños para hacer entonces un bautizo masivo en el que nos tocaron siete u ocho niños por pareja.

Y es por todo esto que nuestro encuentro con la gente de Pumaorcco era tan importante y esperado. Aquí íbamos a tener la oportunidad de ver si realmente el esfuerzo de tanta gente, económico (fundamental), de tiempo, de expectativas, de ideas, etc. había sido un bluff, o bien entre todos habíamos conseguido algo real.

Je, je, je, queréis saberlo ya, ¿eh?


Pues la sorpresa fue inmensa. Pudimos ver con nuestros propios ojos (Xesca algo menos...) como, de todas las familias que se habían apuntado en un principio, las veintinueve que cumplieron con los requisitos y se esforzaron hasta el final están funcionando con absoluta normalidad. No os podéis imaginar lo que fue para nosotros ver veintinueve granjas cuyos edificios son mejores incluso que las propias viviendas de los granjeros, con sus jaulas llenas de cuis, limpias (olían a perro, eso sí), con su pasto, crías, machos, hembras, ratillas de esas poblando todas las jaulitas. Incluso con botiquines con los tratamientos para los cuis (Celson en la foto superior comprobando el estado de las vendas para entablillar una mini pata si fuera necesario). Una maravilla.

Más de ciento cincuenta niños que comen carne de tanto en tanto, y veintinueve familias que reciben una ayuda económica que jamás habían tenido. Un proyecto iniciado, ejecutado y finalizado a la perfección. Una historia que les permitirá una cierta independencia económica. Claro que no les va a sacar de la pobreza en que viven, pero por lo menos les ha sacado de la extrema miseria en la que vivían.

Y no sólo eso, porque la fuerza y la autoestima que han cogido como comunidad les ha llevado a reclamar a su ayuntamiento hasta que éste no ha tenido más remedio que instalar en cada una de las viviendas una letrina con "arrastre hidráulico" y una pileta para recoger agua, fría como la madre que la parió, pero agua !!! Y no sólo en las veintinueve granjas, sino en todas y cada una de las casas de la comunidad.

Ahora ya están pensando en crear una asociación cooperativa de criadores, pero esto es otra historia de la que hablaré más adelante, y que creemos que cambiará todavía más y de una forma más definitiva las condiciones de vida en que se mueve aquella buena gente.

Sinceramente yo no podía creer lo que vi. Reconozco que no hemos conseguido todavía una higiene mínima para los niños, ¡pero sus caras eran tan diferentes de la primera vez que fuimos! Xesca fue la primera en acudir a esa comunidad y cuando volvió, los que estuvimos con ella pensamos que había visto al mismo diablo, porque volvió en estado de shock. Bueno, ahora, apenas tres años después de esa experiencia, nos recibieron trajes de gala, un plato de papas con espagueti y POLLO, y una sonrisa bastante generalizada.

No vi sin embargo mandíbulas lesionadas, ni entablilladas por sonreír, algo que me extrañó ya que pensé que si alguna de aquellas personas conseguía ser feliz por un solo instante, su rostro se desfiguraría como el de Jim Carrey chupando un limón. Pero no. Caramba, también son humanos. Sólo que muy pobres y sus vidas tristes por la falta de expectativas, pero ellos son gente que, con medios y en otras condiciones, serían como nosotros (algo más bajitos...), probablemente habría alguno del Madrid, y la mayoría del Barça, gente normal, gente que con una buena ducha y un vestido decente son como el resto de nosotros. Y esa transformación la vivimos en primera persona.

¡Chapeau para todos ustedes que han colaborado! ¡Ovació, traca i mocador! ¡Ovación de lujo para todos vosotros! ¡Aplausos entusiasmados a Celso, Cris y Miluska!, y nuestro máximo agradecimiento en nuestro nombre y en el de ellos.

Estuvimos también con nuestros ahijados (los que bautizamos hace un año), y los vimos bien, ya digo, muy sucios, pero más contentos y formados.

Una de las protagonistas fue Marina, una de nuestras ahijadas, que tiene un problema en el párpado derecho y que vamos a intentar traer a Catalunya para que sea operada, pero que independientemente de esto sus padres (el papá es de los más listos de la comunidad) han creado una de las granjas mejor acabadas a la que han puesto Luz, Granja la Luz, en honor a mi compañera. Todavía lo escribo después de varios días y se me pone la piel de gallina.

Sí, lo sé, no es un concesionario de la BMW, pero tenemos una granja con nuestro nombre !!! Mi karma por los suelos y nuestra autoestima por las nubes, cosas del mercado.

Lo cierto es que fueron dos días los que pasamos en Pumaorcco extraordinarios. Hay cientos de fotos que me hubiese gustado colgar para que las vierais, pero espero que con esta selección os hagáis una pequeña idea.

Sí que os paso un enlace a un documento PDF con un resumen de todas las granjas, para que también vosotros conozcáis a los vecinos de Pumaorcco.


Acceso a las 29 granjas de Pumaorcco

18 sept 2009

El primer contacto

Hola,

Tal y como advertí en mi anterior post, empiezo una nueva serie de artículos con temática peruana, y más en concreto con una pequeña explicación de lo que hemos hecho estos días por allí.

Quisiera también agradecer, antes de nada, la mucha y buena ayuda que nos habéis dado y os invito a estar atentos a estos artículos porque me gustaría que, además de servir como testimonio de nuestro viaje, tuvieran el efecto de acicate en vosotros para que el año que viene nos acompañéis. También os prometo un premio para los más aplicados, en el último artículo de la serie os presentaré a Don José y a Doña Justina, algo que os cambiará la percepción del orden establecido, palabra.

Todo comenzó físicamente el pasado 7 de septiembre, como en la canción. Después de haber salido el día anterior de Punta Cana a la una de la madrugada y tras dos noches casi sin dormir, llegamos al Cusco el día 7 sobre las diez de la mañana.

Nuestra alegría fue infinita al ver a Toni, Xesca (habían llegado dos días antes), Celso y Cris esperándonos allí. Que increíble es que te reciban en el aeropuerto de un país extranjero con tanta o más alegría como si fuera el de Barcelona..., bueno pues eso, después de unos abrazos y besos emocionados nos fuimos al hotel. Debo aclarar que antes de marchar al hotel tuvimos que ejercer de polis malos en el aeropuerto del Cusco para recuperar tres maletas de dimensiones goliáticas cargadas de ropa para niños, y que tenían que ser entregadas en las comunidades en los días venideros, pero que las compañías aéreas se habían encargado de extraviar. No dejó de tener gracia ver a Toni con barba de cuatro días y vestido con camisetas de recuerdo del Perú, je je je, camiseta manga corta, "Machu Pichu", y un dibujo de la ciudad bajo el lema, un poema.

Lástima que no le sacamos ninguna foto, aunque después pudimos constatar que mal, lo que se dice mal, tampoco lo habían pasado mientras nos esperaban a nosotros y a los equipajes.

En el hotel nos encontramos con Nelly, una señora que se encarga de la recepción de toneladas (literalmente) de libros que le envían desde la comunidad de Murcia para que se repartan por las zonas más pobres del Perú, y con quien valoramos la posibilidad de añadir nuestras requisas de ropa a sus envíos. Nuestra organización allí, Amics del Perú Cusco, está ayudando en la entrega de estos libros y el seguimiento en las comunidades más alejadas, nuestra especialidad, a más lejos, y más jodido, mejor.

También cuadramos los gastos derivados de la implantación de las granjas de Cuyes en Pumaorcco según la subvención recibida por el Excelentíssim Ajuntament de Sabadell, y justificamos hasta el último chavito recibido. Números que están disponibles para todos lo que queráis echarles un vistazo, claro está. Además debéis pensar que en la junta estamos dos financieros, así que difícilmente se nos escapará un euro sin justificar, jejeje.

Aprovechamos para llegar hasta el supermercado del Cusco y encargar la realización de sesenta lotes de primera necesidad, con alimentos básicos, artículos de higiene y otros enseres necesarios.

Vimos algunas fotos de como estaba el proyecto, con la promesa de visitarlo al día siguiente in-situ, nos comimos una pizza de plástico, como muy bien la bautizó Toni, en un restaurante de la plaza de Armas y a dormir, porque el día 8 de septiembre empezaba la guerra de verdad y había que estar preparados.

Ya estamos de nuevo...

Hola,

Ya estamos de nuevo aquí, en el lugar que tanto nos ha encogido los corazones y que, al mismo tiempo, tanto nos ha dado.

Hemos regresado con nuestros queridos amigos Xesca y Toni a las aldeas míseras de las cumbres andinas, en parte para ver qué y cómo van los proyectos, y en parte para iniciar otros nuevos.

Escribo ahora desde el hotel en que nos alojamos, todavía con la ropa sucia de tierra estéril y la nariz congestionada por el aire y el polvo, pero también con la satisfacción del trabajo bien hecho.

Me extenderé más en próximos artículos, pero quiero que sepáis, sobre todo aquellos que tanto nos habéis ayudado, que vuestra ayuda es un ÉXITO.

Hemos visitado las granjas en Pumaorcco, hasta hace unos meses la antesala del infierno, y hay familias que ya están vendiendo sus excedentes de animales al mercado local. Claro, sigue siendo un lugar de lo más inhóspito que os podáis imaginar, pero por lo menos comen algo más que patatas "pelota de futbolín", y encima tienen algún ingreso extra.

Visitamos también Illapata, destino de la próxima ayuda y, joder, mucha van a necesitar…

Hemos ido a otras comunidades, y hemos sido recibidos en la alcaldía de Huaro como visitantes ilustres, je je je, “Visitantes ilustres con Acta Consistorial”…, no está mal. Pero también hemos conocido a una asociación de mujeres maltratadas, y otras muchas que os iré detallando más adelante.

De lo único que no ha habido manera de librarnos ha sido del baile protocolario de rigor (de homenaje lo llaman ellos) y que además es infinito porque está basado en unos acordes que se repiten hasta la extenuación, o hasta que alguien suplica que se acabe. Oye, que amor tienen por el baile, no hay forma de escaparse…



En breve viene el "Cuaderno de Bitácora", prometido.