28 mar 2012

DIARIO DE UN VIAJE HUMANITARIO AL VALLE SAGRADO DE LOS INKAS #5

Día 05.01.2012

Por la mañana a las 09:30 vino Celso a recogernos al hotel y fuimos enseguida a ver a Mery al hospital general de Cusco. Su madre, Rosa, también estaba allí. La niña todavía estaba en urgencias. Le abracé y le di los libros. Se alegró mucho y me dedicó una amplia sonrisa. Pudimos hablar con un medico después de mucho tiempo de espera y eso aun gracias que tomaron interés por estar nosotros allí, nos dice Celso, que de lo contrario la hubieran tenido en urgencias tres días más.

El médico nos enseña una radiografía. Tiene en efecto fractura del fémur. Hay posibilidad de escayolar a ver si se cierra. Si no, de lo contrario habrá que operar. Después de varios trámites y de mandarnos a comprar esparadrapo, algodón y gasas para vendar que pagamos nosotros, la iban a llevar a planta. Como solo puede estar con ella su mamá, nos despedimos prometiendo volver el sábado para tener más noticias.

Nosotros seguimos nuestra marcha hacia Huaro con Ángel de chofer y destino Pumaorcco sobre las 11:00 tras haber organizado la carga del día. Hoy también disfrutamos de la compañía de Luz Esmeralda.

Tenemos un largo camino, casi dos horas, a circular en parte por carretera de asfalto y en parte por tramos de “trocha” –caminos de tierra entre montañas. Al llegar ya nos esperan un montón de niños. ¡Oh, Dios! hay más de doscientos… ¿que pasa? Parece que han venido también de otras comunidades.

Mientras Milusca y las mujeres preparan la chocolatada Celso y yo organizamos, para los niños, juegos con la música variada de un CD que he traído de España y que podemos oír desde el reproductor del coche de Ángel. Celso se desmadra conmigo bailando al son del Rey León y los niños imitan nuestros gestos.

Posteriormente José hace el relevo con Celso y el “waka-waka” Fue muy difícil organizar tantos niños pero se lo pasaron muy bien aunque algo extrañados al vernos bailando así. También organizamos un juego con los balones consistente en sostener el balón entre dos, en la frente, pecho y brazo, sin que se caiga. Al no haber habido un ganador definido, repartimos galletas entre los ocho concursantes.

Hora de la chocolatada. Después de un tiempito de organización compleja empezamos a servir. Por un extremo Milusca con una mujer y al otro lado Nancy y yo. Los bollos los repartimos a cargo de Celso y Ángel. ¡Menos mal! Hubo para todos.

No así nos pasó con los juguetes que ese día faltaron. Los que no tuvieron los dispuse a un lado para marcarles la carita con mi lápiz labial y, en fila, Milusca les tomó su nombre y les prometimos llevarles los juguetes al día siguiente aprovechando que volvíamos camino de Illapata –comunidad vecina-

Tuve ocasión de hacer fotos a tres hombres que estaban tejiendo “chullos” –gorros típicos del lugar de muchos colores- Utilizaban cinco agujas, nada menos que hechas por ellos con alambre fino y un corte en la punta hecho con una sierra. Trabajan con lana sintética, menos una mujer hilando con “pushca” y lana natural de alpaca teñida con plantas naturales en color rosa palo.

Se hacía tarde y muchas mujeres se iban retirando, pero aún tuvimos tiempo de hacer reparto de ropa en la repisa de la parte trasera de la camioneta. Entregamos a las pocas mujeres que quedaban y algunos maridos y adolescentes que se presentaron en representación de ellas.

Después, tuvimos tiempo de hacer una mini-reunión con Aleja, presidenta de los cuyes, y con algunas mujeres más. Explicó Aleja un tema un poco chungo referente a los cuyes, de una ONG ajena a “Amics”, etc… tema que ya explicará Celso a la organización. Muchas se han desapuntado del tema cuyes. Eran veintinueve y sólo quedan trece para este trabajo.

También estaba en la reunión Jenny Milagros, la niña operada de la vista en Lima, y su madre. Pudimos comprobar que la niña no llevaba las gafas y preguntamos por qué. La madre nos dice que la montura se rompió. Le rogamos que traiga las gafas y pudimos comprobar que era cierto. Nos comprometimos a llevar las gafas a arreglar a una óptica de Cusco. Cuando estén listas Celso se las llevará. Esperemos que se las ponga.

Volvíamos a las 18:00 con un frió que pelaba pero felices de la tarea cumplida.

Ese día no llovió y pudimos hacer todas las actividades programadas afuera a la intemperie.

Regreso a Huaro para descargar y seguir a Cusco para cenar y descansar.

La comida de ese día había sido únicamente fruta.

27 mar 2012

DIARIO DE UN VIAJE HUMANITARIO AL VALLE SAGRADO DE LOS INKAS #4

Día 04.01.2012

Hoy subimos a
Arawara, 4.040 m.s.n.m. Sesenta familias, ciento cincuenta niños, comunidad situada por encima de Huaro. Celso vino tarde a buscarnos ya que tuvo dificultades en encontrar coche y chofer. Llega con Urbino y su Toyota Corolla Ranchera del año 1.990. Vamos a recoger y pagar el resto de las doscientas “ojotas” (zapatos que usan en el lugar)

Yo no había visto nunca este tipo de sandalia de caucho lisa para chicos y con dos pequeñas flores de color pegadas para las niñas… ¡hay que ver como pesan!

Nos vamos dirección Huaro con las citadas “ojotas” para recoger a Milusca, a su hija Luz, que hoy viene con nosotros, y el cargamento del día. Salimos con dirección Arawara encontrándonos de nuevo el paso cortado. Bueno, esta vez no necesitamos la viga al haber puesto en un lado de la zanja un relleno de piedras. Está lloviendo y la pequeña Luz se ha dormido en el coche.

Al poco de llegar al destino nos encontramos por el camino a un ciclista bien equipado que nos hace parar. Resulta ser el Párroco de Urcos. Nos dice que viene de celebrar misa en Arawara y que la niña de quince años, Mery, se había resbalado con el fango, cayéndose y que, probablemente, se había fracturado el fémur, que gritaba de dolor y que era urgente trasladarla al hospital. Ya que por alguna razón pasábamos por allí, camino de esta comunidad, propusimos sin dudar bajarla al hospital. El Jesuita Padre Alfonso, que así se llamaba, nos lo agradeció y siguió su camino.

Al llegar al poblado mientras los compañeros ayudados de los niños del lugar descargaban el coche bajo la lluvia, me dirijo rápidamente por la pendiente resbaladiza hacia el lugar donde se encontraba la niña afectada. La encuentro tendida debajo de la escalera exterior de un local que no sé para qué sirve. Está tendida en el suelo encima de un paño de color claro y cubierta con una manta de alpaca negra y gris empapada del agua que caía. Se queja de mucho dolor. Le cogí la manita para tranquilizarla, pedí un vaso de agua para darle un “ibuprofeno”, y a continuación, le digo a su abuela muy anciana, muy arrugada y que lleva en mano un cuenco de arroz, que le dé unas cucharaditas para aliviar su estómago.

La manta está cada vez más empapada y ahora llueve muy fuerte. Hay que trasladarla al coche pero… ¿cómo? Hay unas vigas de madera arrimadas y Celso está pensando hacer una camilla con ellas. Pido una manta seca que me trae otra abuelita y, después de dar vueltas, decidimos llevarla al coche subiendo la pendiente cogiendo el paño de abajo donde reposaba por las cuatro puntas a modo de “fardo típico del lugar” y subirla tal cual. Esto lo hicieron cuatro hombres. La niña seguía quejándose llorando amargamente. La incorporamos en el asiento de atrás. Yo subí delante, al lado de Urbino. Celso en el maletero y dejamos a José y Milusca en el poblado para organizar la chocolatada y resto de artículos. La niña en el coche ya tenía menos dolor. Le estaba haciendo efecto el medicamento. Me dijo que se llamaba Mery; yo me llamo Susana, le dije, y ella me contestó: ¡Oh! como la alcaldesa –de Lima- Entonces le contesté: no me gusta que se llame como yo, pues no me gusta la política. Esto le hizo reír mucho.

Por el camino, Celso pidió de parar el coche, más o menos a nivel del paso cortado, y subió a una casa por unas escaleras de las cuales posteriormente bajó una mujer que vestía un conjunto falda y chaqueta roja que resultó ser la enfermera. Se asomó al coche por el asiento trasero y le puso a la niña una inyección calmante.

Parecía conocerla. La enfermera subió delante tras mi petición y yo detrás en el maletero con Celso. Todo esto me resultó muy extraño pero Celso me explicó que había que llegar al hospital de Urcos con la enfermera por el tema papeleo y demás asuntos; de lo contrario no aceptarían el tratamiento de la paciente. La madre de Mery tiene que estar esperando en el Hospital Regional de Cusco, previo aviso por teléfono de Celso, ya que la mujer estaba en el mercado de Urcos vendiendo sus cuyes

Atendieron a la niña inmediatamente, así que pudimos despedirnos de ella. Me voy, le dije con un beso, y ella me contestó: ¿Y yo?

Comentario de la enfermera al despedirnos de ella: Dios quiso que pasarais por allí en aquel momento, pues de lo contrario, no sé cuando hubiera llegado aquí.

Seguía lloviendo. Tomamos camino de regreso para reunirnos con los demás y tengo que mencionar que ese día tuvimos que pasar cuatro veces por la zanja de la carretera cortada. Al llegar de nuevo a Arawara, José y Milusca, ayudados por Luz Esmeralda, ya habían terminado el reparto. Chocolatada, juguetes, ropa, ojotas, cremitas, etc…


No se pudo hacer la revisión de la vista por falta de luz. Y seguía lloviendo, pero ya incorporados y acompañados de Gregoria, fuimos a visitar los galpones de los cuyes. No lo encontré tan limpio y organizado como los de la comunidad de Pallpacalla, quizás por la lluvia. Por cierto que hoy tampoco pudimos hacer las fotos de los galpones de Pallpacalla por la lluvia y por el río que, según Celso, estaría muy crecido a su paso por el camino.



Ya de regreso a Huaro, Luz dormía; Milusca la acostó en una de tantas maletas que hay en la oficina, de los varios viajes hechos por los voluntarios, haciendo las veces de cunas improvisadas. ¡Está muy bonita la niña!


Pagamos al chofer, el cual cobró más soles por el viaje extra de Mery al hospital. Se lo merecía por la ayuda que nos prestó en todo momento. Estando allí llamó el Padre Alfonso desde el hospital para decirnos que iban a trasladar a la niña al hospital de Cusco. En efecto, tenía fractura total de fémur. Dijimos que iríamos a visitarla el día siguiente, y al llegar a Cusco fuimos a comprar para ella un libro y varios tebeos –allí llamados “condoritos”- de chistes.

Cenita ligera y a la cama. Ha sido un día movido y emotivo.


DIARIO DE UN VIAJE HUMANITARIO AL VALLE SAGRADO DE LOS INKAS #3

Día 03.01.2012

Desayuno liviano; pa
rece que estamos mejor. Hoy vamos a subir a la primera comunidad que se llama Pallpacalla, a más de 3.500 m.s.n.m.

Celso ha venido a buscarnos al hotel con Ángel, el chofer del todoterreno Toyota Hilux 4x4 nuevo… (podréis entender después, por qué especifico cada día si el coche es nuevo).


Vamos a recoger y pagar los juguetes, cepillos de dientes, bolsa de alimento de reparto e ingredientes para la chocolatada. Compramos también unas pastillas de jabón que huelen super bien y nos dirigimos a Huaro donde está la sede de “Amics” par
a descargar el material.

Después de organizar la carga del día y de de tomar una infusión de mate de coca que nos tenía preparado Milusca, cargamos la Furgoneta.

Emprendemos ruta y, ¡oh! Primer contratiempo; carretera cortada por obras con una zanja abierta de extremo a extremo. Tardamos media hora en localizar una viga de madera que trajo Celso de un vecino para que pudiera pasar el coche.

Parte de los niños de la comunidad que íbamos a visitar estaban ese día recogiendo las notas en la escuela pero fueron viniendo poco a poco al pueblo. Tienen una hora de camino a pie (ida y vuelta) para ir al colegio.

En Pallpacalla ya nos esperan niños y hombres para descargar el coche y llevarlo todo andando hasta arriba donde está el pueblo. Les seguimo
s un rato detrás de ellos y la verdad es que me faltaba un poco el aire pero sin importancia. El paisaje es precioso y lo reconozco por las fotos que Xesca y Toni habían compartido con nosotros, y que casi fue ese el motivo de nuestra implicación, así como las caritas de los niños marcadas por el frío.

Milusca y Alicia se pusieron manos a la obra para preparar la chocolatada en tres perolas grandes mientras José intentaba jugar al fútbol con los niños repartiendo pelotas que habíamos traído pero se cansaba enseguida y cogía el relevo Celso con carreras de niños y un juego del ratón en un círculo que al verlo me intrigó decidiendo después pa
rticipar. Es una pena no poder comunicar con las mujeres y los niños. Solo hablan “Quechua”, salvo unos pocos adolescentes que van al colegio donde también aprenden a hablar el idioma español.

Se puso a llover y tuvimos que entrar al salón y distribuir allí la chocolatada y los bollos a niños, madres y los pocos hombres que allí había. Milusca hizo la presentación en “Quechua”, y es mi turno de hablar en Castellano, por supuesto. Milusca traduce. Digo que estoy muy feliz por estar junto a ellos ese día y ayudar en lo que se pueda. Están muy atentos. Me gustan sus caritas.


Al terminar la chocolatada se entregaron cincuenta juguetes. Tuvieron mucho éxito los balones y mucho menos las muñecas que sobraron del año pasado.

Nos ofrecieron un plato de pasta con patata y huevo que repartimos entre los niños, ya que todavía nuestro estómago estaba débil. Era mejor no comer por hoy. Tampoco nos habíamos traído fruta.
Milusca mandó a los niños a jugar afuera ya que había parado de llover y empezamos la reunión de mujeres. Algunos hombres se querían quedar. Entre Milusca hablando en Quechua y yo en Castellano conseguimos explicar, entre otras cosas, la importancia de la higiene personal y distribuimos a cada una un cepillo y tubo de pasta de dientes, una pastilla de jabón y cremita para la cara de los niños después de hacer una demostración con un niñito que estaba allí y se prestó muy contento. Su piel estaba muy roja, seca y quemada. Prometieron hacer uso de todo ello. Para terminar preguntamos quién de las mayores tenían dificultades con su vista para ver de cerca.

Procedemos a medir su agudeza visual o de lect
ura y entregamos diez gafas de mujer y dos de hombre. Parece que el tema gafas ha tenido aceptación y había que ver la alegría de sus caritas cuando veían más claro.
Ahora le toca a Celso hacer una charla, también en Quechua por supuesto, referente a nuevos cursos de capacitación que la Asociación desde España y oyendo sus necesidades cree que quizás podríamos poner en marcha, ya que en estos momentos tenemos pocos recursos y esta seria una manera de implicar a las mujeres en proyectos de gastronomía y costura que parece que les hace ilusión. Se habla también del tema costura pero que representa una inversión de máquinas de coser, o sea, que lo del curso de cocina podría ser más rápido. Se ve la gente muy receptiva y con ganas de aprender. Quieren hacer bizcochos para vender en el mercado y aprender a cocinar los cuyes de otras maneras. Alicia, la presidenta, nos explica sus inquietudes.

Finalizamos con despedida cogiéndonos las dos manos. Al volver hacia el coche pasamos por los galpones de los cuyes que Julio y Alicia nos enseñaron muy orgullosos. Lo tienen muy bien y muy limpio. El nuevo galpón está estupendo lleno de animalitos y hasta tienen música para que no estén estresados. La pena es que no hemos podido hacer fotos. Se nos acabó la batería.

Los de la comunidad de cuyes están muy satisfechos.

Volvimos hacia el coche un tramo a pie y allí aun le pusimos a Julio unas gafitas de lectura para leer la Biblia, nos dice.

A las 17:30 estamos de vuelta. Dejamos en Huaro lo que nos quedó del cargamento del día. Milusca y Celso se quedan allí y a nosotros nos lleva Ángel de vuelta a Cusco…

Cena: una sopa y a descansar.

Reflexión del día: estamos muy felices…

Me ha llamado la atención el estado de dejadez en el tema de la higiene de los niños y los mayores y su modo de vida totalmente primitivo pero, como le decía a Celso, no estamos aquí para cambiar su modo de vida, sino para darles información, traerles una ayudita y activar los proyectos para que se valgan por sí mismos.

13 feb 2012

DIARIO DE UN VIAJE HUMANITARIO AL VALLE SAGRADO DE LOS INKAS #2

Día 02.01.2012

Arreglamos nuestra carga para llevarla a la Sede de “Amics del Perú” en Huaro para, posteriormente, y a partir de mañana, empezar las visitas y los repartos en las comunidades pobres.

Se compone nuestro equipaje de ropa de abrigo, recogida entre todos en España, doscientas lentes de lectura, gafas de sol, medicamentos y cremas para la piel, pasta de dientes, etc.…

El resto de artículos para repartir se comprarán en Cusco con la cantidad de dinero que Xesca nos ha entregado, dinero que proviene de cuotas de socios, l recaudado por la Asociación a través de varias actividades, como venta de fotos, venta de ropa usada, “atraco” a amigos y actividades varias, además de un concierto en Calpe organizado por nosotros.

Celso y Milusca nos vienen a buscar con Pancho, el chofer de un coche kia casi nuevo. Hablamos con Celso del dinero disponible, hacemos cuenta de las compras y nos vamos a plásticos 2000 para empezar con los juguetes.

Camiones de plástico y cochecitos para los niños, cocinitas, combas y baterías de cocina de plástico para las niñas. Nos lo van a empaquetar y pasaremos mañana a recogerlo.

Me encanta la tienda, es totalmente surrealista, como en España hace 60 años.

Compramos también cepillos de dientes, ya que traemos muchos tubitos de pasta.

También vamos a la tienda de lanas, en el mercado, y encargamos lana de cinco colores para repartir. Recopilo la información que me ha pedido Xesca acerca de las labores que realizan estagente en vista de la posibilidad de adaptar sus trabajos a nuestro país.

Hacemos también la compra del supermercado. Cincuenta y cinco bolsas, con sus respectivos lotes de comida, para repartir entre la gente mas necesitada. Su contenido : arroz, lentejas, pastas, leche, atún, etc..

Para hacer la chocolatada gigante, necesitamos sesenta botes de leche gloria, diez pastillas de chocolate, veinticinco kilos de azúcar y veinte bolsas de espesante. Lo recogeremos mañana. Milusca quiere comprar compresas para las mujeres pero de momento no alcanza.





Hasta aquí todo bien aunque ya me ataca el mal de altura.

Después de los síntomas de ayer, ahora tengo nauseas y pido a Celso y Milusca que paremos las compras para ir a comer y descansar un poco. Vamos a un restaurante típico Peruano acompañados de Pancho.

Me contento con un vaso de coca cola y Celso me compra las pastillas de “Sorojchi pills”. Al rato parece que me encuentro mejor pero necesito descansar. Es la primera vez que me pongo enferma en uno de mis viajes. En este caso lo achaco al largo viaje, el “jet lag” y la llegada directa a la altura sin tiempo de adaptación. O sea, he pasado un mal rato. Os lo puedo asegurar.

Después de comer nos vamos al Hotel para hablar con Celso y Milusca del tema económico para valorar las compras de la mañana y ver el dinero que nos queda. Parece que vamos bien. Fue muy gracioso porque no había sitio para sentarnos en la salita del hotel ya que había gente ocupando el lugar e hicimos la reunión en nuestra habitación.

La señora Aide (encargada del hostal) muy amablemente nos dispuso sillas. Fue muy gracioso porque yo estaba tumbada en la cama a la vez que participando de la conversación. Celso y José fueron a cambiar más euros para los pagos del día siguiente y al terminar ellos se fueron a Huaro con Pancho y los maletones que habíamos traído de España.

Después de su partida es cuando José se puso enfermo pero a lo bestia.

Os dejo. Hasta mañana.

7 feb 2012

DIARIO DE UN VIAJE HUMANITARIO AL VALLE SAGRADO DE LOS INKAS #1

Hoy empezamos una nueva serie de relatos, un nuevo diario de abordo detallando la visita que nuestros amigos, Susana y José María, realizaron los primeros días del año. Dejaron a sus familias en fechas tan señaladas para ir a dar lo mejor que tienen, su amistad, su esfuerzo, sus recursos, y su corazón a gente que los necesitaba.

Susana y José María emprendieron su primera visita a las tierras cuzqueñas, que algunos de vosotros ya conocéis por nuestros relatos, lo que nos permitirá gozar de la visión de dos corazones limpios armados con tanta voluntad que no hubiera cabido ni en un petrolero.

Voy a transcribir íntegro su viaje, separado por fechas, e intentaré ser lo más fiel posible en la colocación de imágenes y comentarios a como ellos lo hicieron sobre el terreno.

Antes de dar comienzo al relato, pido un aplauso en pie para ellos dos, nosotros, els Amics del Perú de ambos lados del mundo, ya lo estamos haciendo.

Ah, y os advierto, por aquello que dicen de que el que avisa, etc. etc., que es un relato impresionante con graves efectos secundarios. Algunos de los que lo han leído ya han sufrido amor por el prójimo, solidaridad e incluso unas fuertas ganas por ayudar a cambiar la desigualdad del mundo. ¡Cuidado!


DIARIO DE UN VIAJE HUMANITARIO AL VALLE SAGRADO DE LOS INKAS
RESUMEN DE LAS ACTIVIDADES REALIZADAS DURANTE LA ESTANCIA EN EL CUSCO (PERÚ)
DEL 01 AL 12 DE ENERO 2012.


Día 01.01.2012

Llegamos a Lima a las 07:00 de la mañana hora local; seis horas menos que en España, algo cansados y desencajados, pero muy ilusionados. Por la ventanilla del avión se podía ver el amanecer en la Cordillera de Los Andes con algunos picos nevados a pesar de ser verano aquí.

Desayuno en el Aeropuerto de Lima. Choclo (maíz compacto y cocido con pollo en el interior y una buena cerveza cuzqueña negra)

Embarque Lima-Cusco a las 11:50. Ya se siente lo auténtico. Familias humildes y buenas acompañadas de niños tranquilos. Viaja toda la familia incluida la abuelita que viste el traje típico de la zona sin faltar el casi obligado sombrero de copa de la etnia “Cabana” que tanto los caracteriza. Es, posiblemente, la primera vez que viaja en avión y claro, siempre adosado a su espalda, transporta el fardo típico hecho con lana de alpaca repleto de un montón de cosas inidentificables. Al reír, aparece la falta de varios dientes de delante.

Llegamos al Cusco a las 14:00 con un poco de retraso. ¡Qué bien! nos ha llegado el equipaje facturado entero. Solo nos quitaron una tijeritas y, en el embarque de Valencia, una navaja multiuso. También en Lima preguntaron por las doscientas gafas de lectura que traíamos pero, al decir que se trataba de ayuda humanitaria, siendo la donación el destino de este material, nos dejaron tranquilos.

Aquí nos esperan Celso, Milusca, y la pequeña Luz Esmeralda de dos años y medio con un cartel con nuestros nombres. Abrazos, presentaciones (no los conocemos personalmente); pero ellos sabían de nosotros por medio de Xesca y Toni, enseguida se nota que son gente encantadora, sencilla y buena. Buscamos un “carro” (coche) para ir a la ciudad, y después de ubicarnos en un Hostal sencillo en la ciudad de Cusco, cerca de la Plaza de Armas (Plaza Mayor), y dejar todo nuestro equipaje, vamos con ellos a comer un buen cebiche (pescado crudo que, en este caso, es trucha macerada en jugo de limón). Realmente delicioso.

Estamos en un restaurante de la Plaza de Armas.

Hay un ambiente increíble en Cusco. Gente joven de todas las nacionalidades, con mochilas y atuendos deportivos; vienen para hacer trekking, rafting, etc.. y visitar las maravillas del lugar como la Ciudad Sagrada de los Inkas; el Machu-Pichu.

Tarde de reposo para adaptarse a la altura y el “jet lag”. La ciudad de Cusco está localizada a 3500 m. sobre el nivel del mar y ya se notan los efectos en mi organismo. Los desplazamientos siguientes serán escalonados hasta alcanzar casi los 5.500 metros. Empiezo a tener un ligero dolor de cabeza, congestión nasal y arritmia. En el hostal no paran de darnos infusión de hojas de coca.

Hemos quedado con Celso y Milusca `para el día siguiente empezar a realizar las compras a las Comunidades y conversar sobre el plan de organización de estos días que ya en España habíamos organizado con Xesca.

En la comida Celso ya nos comentó que alguna comunidad de la sierra, después de la intervención de “Amics del Perú”, había mejorado pero otras no. Allí los hombres beben mucho alcohol puro, etílico, ya que su economía no les permite otra cosa. Les afecta al cerebro y los órganos internos lo que hace que son algo irresponsables en sus trabajos.

Bueno, lo vamos a comprobar “insitu”.

6 feb 2012

La gran Chocolatada !!!

Estas navidades, como ha sido tradición en los últimos años, la Associació Amics del Perú ha organizado una chocolatada en las aldeas en que colaboramos.

Este año, además de nuestro amigo Celso (quien cada vez está más elegante !!!) han tenido el honor de compartir los dulces con los niños nuestros amigos Susana y José María, para quien pedimos un extrordinario aplauso desde estas líneas.

Os adelanto que en pocos días publicaremos su diario de viaje, que como siempre, es para leer con tanta atención como agradecimiento.

¡Vaya pues, por adelantado, un pequeño "tastet" de lo bien que lo pasaron!